La vida no es algo que se deba dominar. Es algo que se debe conquistar, una oportunidad para forjar tu propio camino, ser curioso y ambicioso, narrar historias y luchar por lo que crees. Ser la mejor versión de uno mismo.

Haukur Pórarinsson, el persistente propietario de Laxnes, una empresa de alquiler de caballos, es uno de los criadores de caballos con más experiencia en Islandia.

Siguiendo los pasos de su abuelo, unos pasos ya emprendedores (compró la granja en los años 40), Haukur sigue de cerca las tradiciones y las raíces de su familia. Alquila caballos islandeses a viajeros valientes que buscan una aventura increíble en condiciones climáticas extremas.

Cuando los primeros colonos navegaron de Noruega a Islandia en el siglo X, solo podían llevar dos caballos en cada viaje, por lo que seleccionaron a los mejores y a los más fuertes. Originarios del sur de China, estos caballos atraversaron Siberia, Rusia y Noruega hasta que encontraron su destino en Islandia, evolucionando a través de sus cruces para sobrevivir y adaptarse a las duras condiciones climáticas de Islandia. Fue lo que se conoce como una auténtica «ley del más fuerte» y solo los caballos más fuertes y mejor adaptados sobrevivieron, lo que supuso que su raza fuese una de las mejores en cuanto a fortaleza, resistencia y velocidad se refiere.

Haukur nació y se crió en Islandia y sigue llevando una vida llena de desafíos, ocupándose de la granja a la vez que aborda sus complicadas tareas físicas en los inviernos más severos que envía la madre naturaleza.

Al igual que Haukur, su hermana, veterinaria, y su hermano también trabajan en la granja, donde se deben atender, alimentar y cuidar a casi 200 caballos todos los días.

Kalli también aporta mucho a la granja. Kalli, el servidor más fiel de Haukur, es un cruce entre un pastor islandés y un border collie, los mejores perros caballo que puedes encontrar: a este cruce se le llama habitualmente «islandés escocés» y es conocido por ser un gran trabajador. La velocidad y la resistencia son clave para mantenerse en pie muchas horas, cubriendo 450 hectáreas de terreno.

En Islandia tienen un dicho: «No hay mal tiempo, solo malas prendas de ropa». «Tienes que tener prendas de ropa que sean buenas; cálidas, seguras y, lo más importante, resistente al aire», dice Haukur. «Cuando hace un frío extremo, es muy útil estar equipado con buenas prendas». Un vestuario innovador y práctico es fundamental para superar los límites y trabajar en estas condiciones climáticas.

El empeño de Haukur por continuar con la tradición de su familia, sus valores de aventura, la robustez de la tierra y la determinación es lo que mantiene viva la historia de la familia.

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