Los pilotos de avionetas de Alaska han sido los valientes e icónicos aventureros de los cielos durante más de un siglo. Han dominado los paisajes naturales más excéntricos de Estados Unidos gracias a su excepcional valor e instinto visceral único en su especie. Leighan Falley, pilota de Talkeetna, es una de ellos.
Falley es una de las muy pocas mujeres piloto de Alaska que supera constantemente los límites en los gigantescos cielos del norte. Siempre tranquila, incluso bajo presión, explora la naturaleza idílica y salvaje de Alaska con el valor de una exploradora, siguiendo sus instintos a la vez que evalúa los riesgos. «El primer recuerdo de toda mi vida es estando en el asiento trasero de la avioneta de mi padre», recuerda Falley. «Seguramente era una niña muy pequeña. Recuerdo sentir el movimiento de la avioneta en el aire y ver los árboles y el río debajo».
En Talkeetna, a 115 millas de Anchorage en el extremo sur del Parque Nacional de Denali, Falley es una de los pilotos de Talkeetna Air Taxi. La empresa se fundó en los años 40, cuando comenzó la aviación en Alaska, y en la actualidad dirige 10 avionetas. «Me mudé a Talkeetna cuando tenía unos 13 años y aprendí a volar el verano que me mudé a la ciudad», dice sonriendo Leighan Falley. «La primera vez que volé en una avioneta yo sola (lo llaman tu primer «solo») fue probablemente uno de los momentos más increíbles de mi vida».
En la naturaleza norteña llena de peligros (solo hay que pensar en las ventiscas y las nevadas, los glaciares cubiertos de nieve, las tormentas inesperadas, las fuertes lluvias y los ríos salvajes), se requieren habilidades de supervivencia extremas además de conocimientos técnicos, y eso es algo que Leighan Falley domina muy bien.
«La parte de Alaska a la que se puede acceder por carretera es muy distinta de aquella a la que se puede acceder por vía aérea. La primera es más cómoda; la segunda te mantiene alejado de la vida ajetreada de la gran ciudad. Es como tener dos Alaskas diferentes. Ambas me gustan, pero prefiero cuando la carretera se acaba porque es entonces cuando comienza la vida en una aeronave. Me gusta volar con el Beaver, es mi avioneta favorita de Alaska», continúa. «Existe un conocido cartel publicitario de los primeros taxis aéreos en Talkeetna que dice “Vuela durante una hora o camina durante una semana”».
Vuela hasta los lugares más remotos de Alaska para captar la vida cotidiana aventurera del Gran Norte, a la vez que lleva a los montañeros a su destino final y ayuda a los que lo necesitan. Mientras vive su sueño, Leighan Falley no es solo una valiente pilota, sino también madre, monitora de esquí, alpinista y ha alcanzado la cima de la montaña Denali seis veces en doce expediciones. «Alaska es probablemente mi lugar favorito en la tierra», continúa diciendo. «He estado en distintos continentes, he escalado varias cordilleras, como el Himalaya, pero Alaska es mi favorita. Es muy grande y salvaje, inmensa e intacta. La biosfera está íntegra y los animales viven en su hábitat natural. La altura de las cordilleras va desde los 100 metros hasta los 6000; simplemente es precioso. En un lugar tan bonito como Alaska, debes tener una aeronave para verla entera», concluye. «Descubrir Alaska y escalar sus montañas es una aventura que comprende una gran cantidad de belleza, dificultades y ponerte mucho a prueba mental y físicamente».
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